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Mushin mugamae

    En el periodo de la historia japonesa en el que los métodos de lucha utilizados en el terreno de combate, la intención era matar. Los guerreros constantemente se enfrentaban a la muerte por lo que tenían que estar mentalmente preparados. En tiempos de paz, el objetivo era la autodefensa, pero la misma actitud de preparación mental, reflejada en una postura natural y preparada contra cualquier ataque, se volvió usual en la vida diaria. Esto se mantuvo durante el desarrollo del budo japonés con técnicas de pie y en la posición habitual de rodillas.

    Mushin mugamae describe esto aproximadamente, una presencia tranquila de la mente y una postura física para defenderse ante cualquier ataque. Esto no cambia con respecto a los combates en el campo de batalla de antaño hasta el budo competitivo en el dojo de hoy día.

    Entrenar para perfeccionar las técnicas se dice que es lo mismo que entrenar la mente y el espíritu. En kenjutsu (del «Libro de los Cinco Anillos») y jujutsu (del «Pergamino Celestia de Kitō-ryū Jūjutsu«), la creencia es que estudiar los principios dirigirán hacia una postura natural verdadera (mugamae) como la manifestación de una mente clara y un espíritu calmado (mushin).

    Este concepto es uno de los fundamentales descritos por Kenji Tomiki-Shihan en el Aikido Shodokan. A continuación mostramos una imagen de las grafías originales que realizó. Es importante recalcar que los kanjis que actualmente se utilizarían para escribir esta expresión fuera del ámbito del Aikido Shodokan son diferentes, aunque dentro siguen siendo la referencia. Los kanjis modernos son: mushi mugamae (無心無構 ). Es importante saber que la inscripción original de Tomiki-shihan se ha de leer de derecha a izquierda.

    En español, mushin mugamae puede interpretarse como «sin corazón, sin postura». Mu significa «nada, vacío o no» y shin significa «mente o corazón» tanto en el sentido físico como en el espiritual. Por lo tanto, en términos de budismo zen, no hay separación entre el pensamiento y la emoción. Sentir y pensar se convierten en equivalentes: sentirlo significa pensarlo, pensarlo es sentirlo. El Aikido surge de la acción inconsciente, derivada de una postura neutral, efectuada sin emociones ni prejuicios. Sin planteamientos o impresiones preconcebidas, las acciones se sincronizan con el pensamiento y la emoción, por lo que pensarlo y sentirlo es hacerlo. Un círculo que siempre está equilibrado.

    El estado de mushin se logra cuando la mente de una persona está libre de pensamientos de ira, miedo o ego durante el combate o la vida cotidiana. Esta ausencia de pensamiento y prejuicio hace que la persona sea totalmente libre de actuar y reaccionar ante un oponente, sin titubear y sin perturbaciones provocadas por tales pensamientos. En este punto, una persona no depende del que cree que debería ser el próximo movimiento, sino de cuál es la reacción natural entrenada o qué siente de forma intuitiva. Sin embargo, no se debe entender mushin como un estado de relajación o adormecimiento, sino que podría plantearse como que la mente está trabajando a una muy alta velocidad, pero sin intencionalidad.

    «Una mente clara se compara con un estanque inmóvil, que puede reflejar claramente la luna y los árboles. Pero del mismo modo que las olas en el estanque distorsionarán la imagen de la realidad, también lo harán los pensamientos que tenemos y que alterarán la verdadera percepción de la realidad».

    Autor desconocido

    Esta breve cita brinda una visión poderosa del impacto de usar mushin mugamae en nuestro día. Con una mente equilibrada, la atención se abre al máximo, sin nada en lo que fijarse, sin pretensiones. Desde este estado tampoco hay prejuicios, lo que significa que aún no se ha estimulado ni causado ningún cambio en nuestro entorno o en otros de ninguna manera. En el momento en que se adopta un prejuicio o algo tan inocente como una postura, incluso si se trata simplemente de la postura neutral de Shizentai, existe un compromiso con el mundo físico y sus causas y consecuencias.

    Desde mushin mugamae se está facultado para ser altamente receptivo a las acciones externas, de modo forma que surge una posición de ventaja si un oponente carga en contra. Todas las direcciones de movimiento están disponibles, mientras que el atacante se limita a una estrategia abierta susceptible de ser contrarrestada por una mente y cuerpo flexibles y receptives. La permanente sensación de conciencia que experimentamos en mushin mugamae es una poderosa línea de base para el Aikido y otros aspectos de la vida. A partir de este estado de ánimo, el cuerpo padece menos tensión, lo que significa que es posible dar lo mejor de si mismo cuando sea necesario.

    Mushin mugamae es un estado de la consciencia al que puede llegarse entrenando y repitiendo patrones, hasta asimilarlos y naturalizarlos. Mushin mugamae no solo es el objetivo, sino que también es el camino para llegar al objetivo. Incluso en el día a día, las personas buscan logros incansablemente y, a menudo, pierden de vista los medios necesarios para alcanzar esos objetivos. El cuestión es que la fijación ese objetivo lejano, no permite crear los medios a corto plazo que ayudarían a lograrlo. A menos que se desarrollen las habilidades necesarias para alcanzar esa meta, nunca llegará. Si la perfección de una determinada técnica de artes marciales es un propósito, primero es necesario desarrollar el timing, el equilibrio, la velocidad y la potencia necesarios para una ejecución adecuada.

    Nariyama, T. (2010), Basics. Aikido Randori (p. 4). Osaka: Shodokan.

    Aikido Aid. (2016). Mushin Mugamae. Recuperado 19 de abril de 2020, de http://www.aikido-aid.com/mushin-mugamae.htm